Tenemos dos orejas y una boca, justamente para oir más y hablar menos
Zenón de Citio
El crecimiento saludable de una empresa va de la mano de ciertos elementos, entre estos está el conocer los números del negocio (de esto escribí en el blog anterior haz clic aquí para verlo ) y también saber escuchar… escuchar a clientes, prospectos clientes, proveedores, y más.
Cuando uno desarrolla un producto o servicio (y de ahora en adelante voy a escribir producto para referirme a ambos conceptos), uno entrega mucho al desarrollo y el refinamiento, que a veces puede ser que se nos olvide que lo más importante es confrontar ese desarrollo con el futuro cliente, pensar realmente en las necesidades del cliente, y no solamente si me parece bien o bonito a mí el producto. Esa energía y felicidad que uno le vierte al desarrollo del producto puede hacer una visión borrosa y dejar al lado al que realmente va a comprar tu producto, el cliente.
Etapas de un producto y la relación con escuchar al cliente
Las etapas de un producto inician con ideación, y luego prototipo, análisis de sensibilidad, producto mínimo viable, y producto final versión 1. Con el prototipo puedes hacer un testeo del mercado, de forma sistemática y lo más científicamente posible, para lograr resultados correctos. Muchos emprendedores o interesados en emprender me han expresado que eso de testear el producto es para empresas grandes… y pues no, realmente cuando uno está iniciando muy en pequeño uno puede testear el producto ya sea con compañeros de colegio, trabajo, o parándote en un lugar concurrido y hacer encuestas, las posibilidades son diversas…
Y ya cuando el producto es lanzado, son los clientes quienes te pueden dar luces de ciertas cosas con tu producto, ya que uno mismo puede tener una percepción errada de un producto propio ya sea en el mismo uso del producto o algo relacionado con las variables indirectas, como el empaque, la experiencia de compra, etc.
Luego cuando el producto está ya en el mercado, afilemos esos datos estadísticos porque hay que ir evaluando qué está sucediendo. Y son el procesamiento de esos datos que se convierten en información, lo que vas a “escuchar” o mejor dicho leer, para conocer qué te están diciendo los clientes o proveedores que está sucediendo con tu producto.
Las quejas de los clientes pueden decirte algo para mejorar tu producto
También las quejas de los clientes te pueden estar diciendo algo respecto al mejoramiento de tu producto o servicio. Claro está hay ciertos clientes difíciles, pero si hay quejas que constantemente se repiten, cuidado con eso, que allí hay una señal de que es necesario evaluar, analizar qué sucede y mejorar… Las constantes encuestas de satisfacción son importantes, es claro que no todos te van a decir 100% la verdad, pero sí puede haber algunas tendencias en los números de tu negocio respecto a esto.
Vende más escuchando más a tu cliente que hablando
Y otro punto, al momento de vender, uno debe escuchar más que vender en sí, hay que dejar que el cliente te exprese tus pensamientos o inquietudes respecto al producto, y con esto se obtiene información para ofrecer una mejor oferta, una más atractiva, para lograr cerrar la venta.
Así que, tenemos dos oídos para escuchar más de lo que uno habla. Escuchemos a nuestros clientes, mejoremos y hagamos crecer el negocio.
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Saludos,
Melibeth AR
Fuentes:
Experiencia personal
Publicación: Saber escuchar. Un intangible valioso